Magallanes, Freirina, Calama, Aysen, Chiloe…
Problemas distintos, pero un común denominador: el centralismo…
Aquella característica tan nacional que asola a nuestro país desde siempre, que nos hace repetir tantas veces aquello de “Santiago es Chile”, y que se trasluce en ese extraño tono entre autoritario, conciliador y displicente con que los  santiaguinos se expresan de “los de provincia”, como señalan entre ellos, cuando se les olvida que hoy lo geográfica y políticamente correcto es hablar de “los de regiones”… aunque al final sea lo mismo.
Sin embargo, muy contrario a lo que se piensa en Santiago, Chile se ha construido desde las culturas regionales. Santiago efectivamente es la puerta de entrada a Chile, pero la mayoría de los extranjeros que llegan no se quedan en Santiago, se van al desierto, a las islas, a los lagos y a los volcanes… 
Mal que mal, Pablo Neruda nació en Parral y Gabriela Mistral en Vicuña.
Los casos conflictivos señalados son una muestra evidente de los problemas de un modelo históricamente centralizado: territorios rezagados por su lejanía respecto del centro, zonas ricas en recursos naturales cuyos beneficios llegan mayoritariamente al centro, lugares extremos sin incentivos para el desarrollo…etc.
Pero lo peor es el desconocimiento de las realidades regionales, que hace que finalmente siempre el Estado termine cediendo, incluso asumiendo en ocasiones responsabilidades que no son suyas, con tal de bajarle el perfil a la situación…
Alguna vez se habló de federalismo para Chile, y cuando ello se recuerda  aparecen de inmediato las voces aterradas de los “socios controladores” desde Santiago,  afirmando que nuestro país, “por razones históricas y geográficas siempre ha sido unitario…”
Hoy estamos hablando de una nueva Constitución para Chile…. no será la oportunidad de buscar un nuevo sistema no necesariamente federal,  pero si menos centralizado - quizás reconociendo algunas autonomías -  de manera que todos los chilenos puedan sentirse más libres y responsables de su destino…?
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